Para una empresa minera en el Perú, las prácticas sostenibles son el núcleo de su licencia para operar. Alrededor del mundo, cada vez más empresas se han dado cuenta de que la única forma de ser económicamente viables es operar de manera ambiental y con responsabilidad social. El cambio climático, la escasez de recursos y la eficiencia energética resuenan cada vez más con la industria minera.
Un país rico en recursos naturales
Los minerales son esenciales para la vida moderna y la minería sigue siendo el método principal de extracción. En Perú hay un potencial geológico enorme. Se trata del primer país a nivel mundial en reservas de plata y está entre los primeros puestos con respecto a otros metales básicos y preciosos. El país además posee un increíble potencial en minerales no-metálicos a los que también se les conoce como minerales industriales. Algunos de estos son “el mármol travertino, diatomita, bentonita y boratos”.
Las crisis sociales en torno a la minería
Sin embargo, a pesar de toda esta riqueza natural, el país también se ha convertido en la nación con más conflictos mineros de América Latina. Hasta la fecha, parece que las principales limitaciones para las dificultades en el sector minero derivan de la demanda cada vez mayor de recursos mineros no renovables. Por otra parte, también está el factor relacionado al consumo de recursos (principalmente energía y agua) necesarios para extraer y procesar metales. La creciente contaminación generada por el proceso de extracción también juega un papel innegable.
Esto es válido tanto para las operaciones corporativas a gran escala, a menudo multinacionales, como para las empresas de pequeña escala. Pero también hay otros detonantes para los conflictos entre operaciones mineras y comunidades. Estos tienen que ver con el descontento generalizado de los habitantes locales relacionado con el bajo beneficio percibido de la actividad minera. Lo anterior, a pesar de promesas pasadas de prosperidad y desarrollo. Este sentimiento de desconfianza se ha traducido en proyectos mineros paralizados y otros que nunca pasan de las primeras etapas.
APUMINING y su “Minería para el futuro”
En Business Excellence tuvimos la oportunidad de conversar con Jose Aranibar Aguilar, Gerente General de la empresa APUMINING. Aranibar nos contó, de primera mano, las dificultades que se presentan en Perú para la obtención del permiso o licencia por parte de la comunidad campesina.
Como mencionamos, es un hecho que las operaciones mineras permanecen asociadas con una variedad de impactos ambientales y sociales que afectan de manera negativa a las comunidades locales. Sin embargo, la importancia de la minería para los ingresos y el empleo en países en desarrollo como Perú sigue siendo esencial.
En APUMINING entendieron las circunstancias de esta forma, por lo cual nació el proyecto social de “Minería para el futuro”. Dicho lema nace de cara al proyecto minero HUAYTULLO, que se desarrolla en el departamento minero de Apurímac, en la provincia de Grau, distrito de Chuquibambilla.
El desarrollo de energías limpias como factor diferencial
Un factor diferencial significativo del enfoque de “Minería para el futuro” que trabaja APUMINING es el tipo de minerales que se extraen. Según Aranibar “se trata del primer proyecto minero en Perú que está comprometido con garantizar el abastecimiento de minerales críticos para el desarrollo de energías y tecnologías limpias. Porque la minería no abarca solo la explotación de cobre, oro y plata.
La actividad minera también brinda la oportunidad de descubrir minerales para el desarrollo de energías y tecnologías limpias. En HUAYTULLO se definieron tres zonas de mineralización. En una de estas se identificó mineralización de niquel y en otra se hallaron tierras raras”.
La comunidad se suma a la minería para el futuro
El resultado de este enfoque social fue histórico. Se logró obtener la licencia social requerida para operar en la primera reunión con la comunidad campesina. Y lo anterior no fue una hazaña menor. En especial si se tiene en cuenta que, de acuerdo con Aranibar, “en Perú las compañías mineras tardan hasta dos años en negociar con las comunidades campesinas”. Gran parte del éxito se debe a que el mineral de estas tierras contribuye al desarrollo de energías y tecnologías limpias. Otro motivo importante es el potencial de desarrollo que este proyecto implica para las familias locales, tanto a nivel económico como en capacitación.
Beneficios para la comunidad
La honestidad también jugó un papel importante en el enfoque social adoptado. Aranibar nos contó que “desde un comienzo se educó a las familias campesinas acerca de las distintas etapas de un proyecto minero, siendo el de la exploración el de más riesgo económico. Por lo tanto, APUMINING fue claro que en dicha etapa, no era posible prometer a la comunidad campesina apoyos sociales de gran envergadura”.
No obstante, sí hubo un compromiso por parte de APUMINING en cuanto a la construcción de una carretera y en capacitaciones a la comunidad. Dicha carretera se utilizaría tanto para las operaciones mineras, como para que la comunidad realice sus actividades agropecuarias. Las capacitaciones, por su parte, se relacionan con la prestación de servicios de hotelería y alimentación, como también en temas de gestión empresarial.
Socios estratégicos
Las alianzas estratégicas han sido fundamentales para el desarrollo de este proyecto, como también la búsqueda de inversión. Uno de esos socios estratégicos es Manpower, quien se encarga de capacitar a las familias de las comunidades campesinas. El otro socio estratégico es la empresa Vostock Capital (Reino Unido), quienes apoyan en la gestión de encuentros con inversores y a promocionar el proyecto minero HUAYTULLO.
El interés de la industria automotriz
Hasta el momento, HUAYTULLO ha despertado el interés de inversores como Tesla Inc y General Motors. Se trata de empresas que apuestan por tecnologías limpias dentro de sus lineamientos corporativos. Por lo tanto, están interesadas en apoyar compañías mineras en Sudamérica que operen minimizando riesgos ambientales y sociales. Esto se debe a que la evolución de los vehículos eléctricos y las energías renovables tiene un impacto enorme en la demanda de metales y, por tanto, en la industria minera.
El cobalto y el litio se mencionan a menudo, ya que son metales especiales que se utilizan en las baterías recargables. Más importante aún, el cobre es el metal del futuro, ya que se usa en baterías, cableado eléctrico de automóviles, motores de vehículos eléctricos y líneas de transmisión. Para dar forma a un futuro a prueba del cambio climático, con más vehículos eléctricos y energía renovable, se necesitarán materias primas y esos recursos deben extraerse de manera sostenible. De allí el interés de estas grandes empresas automovilísticas.
Una filosofía sostenible en marcha
La forma de maximizar los beneficios de la minería mientras se mejora la sostenibilidad ambiental y social del sector minero se abordó por primera vez hace algunos años. Fue en el Plan de Implementación de Johannesburgo, donde se identificaron algunas áreas prioritarias. Entre ellas, abordar los aspectos ambientales, económicos, de salud y sociales. También los impactos y beneficios de la minería incluyendo la salud y seguridad de los trabajadores.
Por otra parte, se identificó que mejorar la participación de las partes interesadas, incluidas las comunidades locales e indígenas y las mujeres es imprescindible. También es importante fomentar la prestación de apoyo financiero, técnico y de creación de capacidad a los países pobres y en desarrollo. HUAYTULLO se ha comprometido con esta causa. Por supuesto, está dentro de los intereses de la empresa, como el de toda la región, que en la ejecución del proyecto se respete esa filosofía sostenible que hizo viable su origen.
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